
A2A, el protocolo de Google para que los agentes inteligentes se entiendan
A2A es el nuevo protocolo de comunicación entre agentes inteligentes impulsado por Google. Permite que colaboren entre sí sin importar su tecnología, abriendo la puerta a una nueva forma de construir software: más distribuido, interoperable y autónomo.
A2A, el punto de inflexión que nadie está viendo
Antes de sumergirte en este artículo, es importante que leas primero esta guía introductoria:
👉 Agentes inteligentes: qué son, cómo usarlos y por dónde empezar hoy
Allí encontrarás los conceptos clave para entender qué es un agente inteligente, cómo funcionan y por qué están marcando el rumbo del software moderno. Aquí vamos un paso más allá.
Porque una cosa es tener agentes inteligentes que actúan por su cuenta, y otra muy distinta es que colaboren entre sí, compartan tareas y resuelvan problemas en conjunto. Eso requiere un nuevo tipo de arquitectura. Y ahí entra A2A.
A2A es un protocolo abierto que está empezando a convertirse en el nuevo estándar para la comunicación entre agentes. Su objetivo es claro: que los agentes puedan descubrirse, entenderse y colaborar sin importar su tecnología, proveedor o plataforma. Es la base técnica que permite pasar de agentes aislados a verdaderos ecosistemas de inteligencia artificial distribuida.
Como en su día lo fue HTTP para el desarrollo de la web, A2A marca el inicio de una etapa donde la interoperabilidad entre inteligencias no es un añadido, sino el punto de partida. Las empresas que comprendan este cambio antes que el resto estarán mejor posicionadas para liderar una nueva generación de procesos automatizados, sistemas más autónomos y servicios inteligentes que se adaptan en tiempo real.
En este post vamos a explorar qué es A2A, cómo funciona, en qué se diferencia de otros protocolos y, sobre todo, qué significa para las organizaciones que quieren prepararse para lo que viene. Si en tu estrategia digital hay agentes, APIs o automatización, este contenido te interesa.
¿Qué es A2A y por qué cambiará las reglas del juego?
A2A (Agent-to-Agent) es un protocolo abierto, impulsado inicialmente por Google, diseñado para facilitar la colaboración directa entre agentes inteligentes. No importa quién haya desarrollado esos agentes, qué tecnología utilizan o en qué plataforma se ejecutan: A2A establece un lenguaje común que les permite conectarse, entenderse y trabajar juntos.
Ese es el punto clave. Hasta ahora, si querías que varios agentes colaboraran, necesitabas crear integraciones personalizadas, muchas veces frágiles y difíciles de escalar. Con A2A, esa complejidad desaparece. El protocolo define una estructura estándar para que los agentes:
- Descubran qué puede hacer otro agente.
- Le comuniquen tareas con contexto.
- Coordinen la ejecución de esas tareas.
- Intercambien resultados de forma segura.
Es decir, en lugar de programar cada integración como un caso único, A2A permite construir sistemas multiagente modulares, interoperables y extensibles. Como lo fue HTTP para la web, A2A puede ser la columna vertebral de una nueva arquitectura de colaboración entre inteligencias artificiales.
Y lo más importante: no parte de cero. Está construido sobre estándares tecnológicos existentes como HTTP, JSON-RPC y Server-Sent Events. Eso significa que su integración no requiere rehacer toda la infraestructura de TI, sino que se apoya en lo que ya conocemos y usamos.
Además, A2A es seguro por diseño. Soporta autenticación y autorización de nivel empresarial, similar a los estándares utilizados en APIs abiertas como OpenAPI. Y es agnóstico a la modalidad, lo que le permite manejar comunicación no solo en texto, sino también en audio, vídeo, archivos o estructuras complejas de datos.
En resumen, A2A es la base técnica para que los agentes no solo piensen, sino que colaboren. Y en un futuro cada vez más automatizado y descentralizado, esa capacidad marcará la diferencia entre soluciones aisladas y sistemas verdaderamente inteligentes.
Cómo funciona A2A
Para entender cómo opera A2A, imagina un equipo de trabajo donde cada persona tiene una especialidad: uno analiza datos, otro redacta informes, otro diseña presentaciones. El valor no está solo en sus habilidades individuales, sino en su capacidad para colaborar con fluidez. Eso es exactamente lo que A2A habilita, pero entre agentes inteligentes.
Aquí va el proceso, desglosado de forma sencilla:
1. Descubrimiento de capacidades (Agent Card)
Cada agente puede publicar una especie de «currículum digital» en formato JSON, conocido como Agent Card. Ahí describe qué sabe hacer, qué tecnologías usa, qué tareas puede ejecutar y cómo se le puede contactar. Otros agentes consultan estas tarjetas para saber si ese perfil es el adecuado para resolver una necesidad concreta.
2. Formulación de la tarea
Un agente actúa como “cliente” y formula una tarea concreta: buscar datos, generar un resumen, hacer una predicción. Esa solicitud se estructura siguiendo el formato estándar de A2A, asegurando que cualquier agente “remoto” pueda interpretarla correctamente.
3. Selección y conexión
Basándose en la información de las Agent Cards, el agente cliente elige con quién colaborar y establece una conexión directa. A2A define los métodos de comunicación para que ambos agentes puedan negociar el contexto, el formato de datos y las condiciones de colaboración.
4. Gestión de la tarea
La ejecución de la tarea tiene un ciclo de vida bien definido: desde que se envía, se procesa, se actualiza su estado y se completa o cancela si es necesario. Esta gestión permite incluso que las tareas se prolonguen en el tiempo (minutos, horas o días), sin perder el control de su estado o resultado.
5. Intercambio de mensajes y resultados
Durante la tarea, los agentes pueden intercambiar mensajes que incluyan:
- Instrucciones adicionales.
- Artefactos (los resultados generados).
- Contexto actualizado.
- Propuestas de formato para la salida (texto, gráficos, vídeo, etc.).
Este intercambio no es solo técnico. Es una negociación estructurada que permite adaptar la experiencia del usuario al canal, al dispositivo o al flujo de trabajo.
6. Entrega del artefacto
Una vez finalizada la tarea, el agente remoto entrega el resultado al agente cliente en forma de artefacto, estructurado y listo para ser integrado en el siguiente paso del proceso.
El valor de A2A
El valor de A2A no está solo en lo que hace, sino en cómo lo hace:
- Sin depender de integraciones rígidas.
- Sin requerir compartir memorias, contextos o herramientas específicas.
- Y con la posibilidad de extender estas capacidades a cualquier dominio, desde atención al cliente hasta planificación logística o inteligencia operativa.
Este modelo reduce drásticamente la fricción en el desarrollo de sistemas complejos. Pero, sobre todo, abre la puerta a nuevas formas de colaboración entre inteligencias artificiales que hasta ahora eran impensables. Y ese, precisamente, es su mayor potencial.
No es A2A versus MCP, es A2A + MCP
Cuando se habla de protocolos emergentes en inteligencia artificial, es fácil caer en el error de pensar en términos de competencia. Pero en este caso, A2A y MCP no compiten. Se complementan. De hecho, entender cómo encajan es clave para diseñar arquitecturas de IA realmente robustas y escalables.
Veámoslo con una analogía muy sencilla:
- MCP (Model Communication Protocol) es como el puente que conecta a un agente con sus herramientas y fuentes de datos.
- A2A, en cambio, es el lenguaje que permite a los agentes hablar entre ellos y coordinarse.
Ambos protocolos forman una arquitectura en capas que refleja lo que ya ocurre en el mundo real. Piensa en un equipo de trabajo: cada persona (agente) necesita acceso a herramientas, datos y sistemas (MCP), pero también necesita hablar con sus compañeros para coordinar tareas, intercambiar información y resolver problemas juntos (A2A).
Cómo se integran en la práctica
Imagina este escenario:
- Un agente que gestiona procesos internos necesita preparar un informe para dirección.
- Utiliza MCP para extraer datos financieros actualizados desde un sistema contable.
- Luego, envía esos datos a otro agente especializado en visualización, utilizando A2A, para que genere gráficos interactivos.
- Finalmente, un tercer agente —también vía A2A— convierte el informe completo en una presentación lista para ser compartida.
Cada agente cumple un rol, se conecta a sus recursos con MCP, y colabora con otros gracias a A2A. No hay solapamiento. Hay sinergia.
A2A horizontal, MCP vertical
La distinción es también arquitectónica:
- MCP es una conexión vertical: del agente hacia herramientas, APIs, datos y entornos externos.
- A2A es una conexión horizontal: entre pares, entre agentes que se coordinan, negocian y comparten objetivos.
¿Por qué esto importa?
Porque en la práctica, vas a necesitar ambos. MCP te da contexto y capacidades externas. A2A te da colaboración y escalabilidad. La inteligencia real surge cuando puedes hacer las dos cosas: acceder a lo necesario y trabajar con quien lo complementa.
Y aquí entra el punto estratégico para cualquier organización: si tus procesos están pensados solo para integraciones internas, te estás quedando corto. El futuro será híbrido: agentes que combinan lo que saben hacer con lo que otros agentes pueden aportar. Y eso requiere hablar ambos lenguajes.
Marketplaces de agentes: la nueva App Store ya está en marcha
La aparición de A2A no solo transforma la forma en que los agentes se comunican. También abre la puerta a un nuevo mercado: el de los agentes como productos y servicios intercambiables. Estamos asistiendo al nacimiento de los marketplaces de agentes inteligentes, plataformas donde podrás buscar, comparar, integrar y desplegar agentes de IA como si fueran apps móviles.
¿Te suena futurista? Pues ya está ocurriendo.
Empresas como Salesforce, Moveworks, SwarmZero o Agent.ai están construyendo catálogos donde puedes encontrar agentes especializados en tareas concretas: desde atención al cliente o gestión documental hasta análisis de mercado, generación de informes o revisión legal. Algunos son gratuitos. Otros de pago. Todos intercambiables.
¿Y qué papel juega A2A aquí?
Un papel esencial. Porque para que estos agentes funcionen de forma modular y colaborativa, necesitan hablar el mismo idioma. Justamente eso es lo que permite A2A: que puedas conectar un agente comprado en un marketplace con otro desarrollado internamente, sin depender de integraciones personalizadas, APIs propietarias ni código adaptador.
La clave de este modelo es la Agent Card, el archivo JSON donde cada agente declara:
- Qué sabe hacer.
- Cómo comunicarse con él.
- Qué formatos acepta.
- Qué necesita para operar.
Esto convierte a cada agente en un recurso autodocumentado, integrable y accesible por cualquier otro agente compatible con A2A. En otras palabras, puedes diseñar una red de colaboración entre agentes distribuidos, como si fueran microservicios inteligentes repartidos por distintas plataformas.
¿Qué significa esto para las organizaciones?
Dos cosas, muy importantes:
- Vas a poder consumir agentes preconfigurados, lo que te permite acelerar proyectos sin desarrollarlo todo desde cero.
- Vas a poder ofrecer tus propios agentes como servicios, integrándolos en estos marketplaces como parte de tu propuesta de valor.
Imagina una consultora de recursos humanos que entrena un agente experto en detección de talento y lo publica en un marketplace. O una pyme que automatiza su onboarding de clientes y convierte ese flujo en un agente comercializable. O una administración pública que diseña agentes para tramitar ayudas y los pone a disposición de otros ayuntamientos.
Estamos hablando de una nueva economía digital basada en colaboración entre agentes, y A2A es el protocolo que lo hace viable.
¿Está tu empresa preparada para ser A2A-friendly?
Uno de los grandes errores que suelen cometer las organizaciones frente a nuevos estándares es pensar: “esto todavía está muy verde, ya llegará”. Pero cuando el cambio llega, muchas veces ya es tarde. Con A2A no deberías cometer ese error.
El concepto de ser A2A-friendly no es solo una cuestión técnica. Es una decisión estratégica. Significa preparar tus sistemas, tus procesos y tu cultura para poder operar en un ecosistema donde la colaboración entre agentes inteligentes será tan natural como hoy lo es entre humanos y aplicaciones.
Y aquí va lo más importante: si tu organización no es A2A-friendly, quedará excluida de este nuevo entorno. No porque no tenga tecnología, sino porque no será capaz de integrarse con agentes externos, de operar en marketplaces o de ser parte de flujos automatizados que crucen sistemas, empresas y plataformas.
¿Qué implica ser A2A-friendly?
Aquí tienes una checklist para empezar a pensarlo en serio:
- Exponer capacidades a través de APIs bien documentadas, accesibles para agentes externos.
- Adoptar estructuras estándar como las Agent Cards, que describen claramente qué hace tu agente, cómo se le llama y qué necesita.
- Soportar formatos abiertos y multimodales: texto, audio, JSON, imágenes, etc.
- Establecer mecanismos de autenticación y autorización robustos, al nivel de seguridad empresarial, como los que usa OpenAPI.
- Diseñar tus servicios pensando en la interacción entre agentes, no solo en la interfaz con humanos.
- Permitir tareas asincrónicas y de larga duración, con seguimiento de estado y resultados reutilizables.
- Apostar por una arquitectura modular, que facilite añadir, quitar o sustituir agentes sin romper toda la lógica del sistema.
En otras palabras, se trata de que tu software, tus procesos y tus decisiones estén diseñados no solo para humanos, sino también para trabajar con y entre inteligencias artificiales. Que tus servicios puedan ser consumidos no solo por personas, sino por agentes que vienen a colaborar, aportar valor o delegar responsabilidades.
No es una moda, es un nuevo estándar de competitividad
En los próximos años, veremos cómo el concepto de “A2A-friendly” se convierte en un criterio de adopción tecnológica, igual que hoy lo es “cloud-native” o “mobile-first”. Las organizaciones que lleguen preparadas podrán moverse con más agilidad, colaborar más rápido y adaptarse mejor. Las que no, necesitarán rehacer gran parte de su infraestructura.
No se trata de hacerlo todo de golpe. Pero sí de empezar a tomar decisiones que alineen tu estrategia con un futuro donde los agentes ya no son una herramienta más, sino un nodo activo en tu red de valor.
¿Quién está apoyando A2A? Las empresas que ya están contribuyendo al cambio
Cuando una tecnología nace, lo primero que uno se pregunta es:
¿quién está realmente apostando por esto? Porque el respaldo de grandes actores no solo aporta confianza, también acelera el desarrollo, consolida estándares y asegura compatibilidad futura. Con A2A está ocurriendo justo eso.
El protocolo A2A no ha sido lanzado en solitario. Desde el principio, Google ha impulsado su desarrollo en modo abierto y colaborativo, invitando a empresas, plataformas tecnológicas y socios estratégicos a co-crear el futuro de la interoperabilidad entre agentes. Y la respuesta ha sido contundente.
Entre las más de 50 organizaciones que ya están involucradas o apoyando A2A, destacan nombres como:
- Salesforce: integrando el estándar en sus servicios de automatización y agentes inteligentes.
- Atlassian: explorando cómo A2A puede mejorar la coordinación entre herramientas como Jira o Confluence y agentes externos.
- Box: integrando A2A en procesos documentales y gestión de contenidos.
- Accenture: aportando su experiencia en entornos empresariales complejos para validar casos de uso en clientes reales.
- Replit, LangGraph, CrewAI o LlamaIndex: plataformas de desarrollo de agentes que están adoptando A2A como protocolo nativo para que sus agentes se comuniquen entre sí.
- Zed, Codeium y Sourcegraph: desde el ámbito del desarrollo de software, apoyando el protocolo como forma de integrar agentes en entornos de ingeniería.
Esta adopción temprana no solo acelera la evolución del protocolo. También genera un efecto de red: cuantos más actores adopten A2A, más valor ofrece para todos. Porque la verdadera fortaleza de un estándar no está en el código, sino en el ecosistema que lo adopta.
Además, la documentación, los repositorios en GitHub y las primeras librerías de desarrollo (como python-a2a) ya están disponibles, lo que facilita la implementación y permite a cualquier organización sumarse al movimiento.
A2A no es una promesa. Es una realidad en construcción, con un número creciente de actores que entienden que el futuro no se programará agente por agente, sino protocolo a protocolo.
De flujos de trabajo (workflows) a colegas digitales
Durante décadas, el software se ha construido bajo un paradigma muy concreto: humanos que interactúan con sistemas para completar tareas. Luego vinieron los bots, los RPA, las integraciones API… pero la lógica seguía siendo la misma: automatizar pasos predefinidos dentro de flujos controlados.
Con A2A, todo esto cambia.
Ya no estamos hablando de automatizar tareas, sino de permitir que inteligencias artificiales autónomas colaboren entre ellas para alcanzar objetivos comunes. No se trata de tener más herramientas, sino de contar con un ecosistema de agentes capaces de descubrirse, entenderse, repartirse el trabajo y generar resultados, sin necesidad de intervención constante.
Esto transforma la forma en que diseñamos sistemas. Pero también transforma la forma en que pensamos la organización del trabajo, el diseño de productos, la entrega de valor.
Y si todo eso te suena lejano, piensa lo siguiente:
👉 Ya hay empresas diseñando servicios pensando en que no serán consumidos por humanos, sino por otros agentes.
👉 Ya hay marketplaces donde puedes publicar o adquirir agentes como si fueran plugins.
👉 Ya hay estándares (como A2A) que permiten que todo esto ocurra sin caos ni dependencia de integraciones a medida.
Ser A2A-friendly no es una etiqueta técnica, es una decisión estratégica. Significa estar preparado para operar en un nuevo escenario donde las relaciones ya no son solo cliente-empresa o humano-software, sino agente-agente. Es pasar de pensar en flujos de trabajo a diseñar colegas digitales que piensan, actúan y colaboran por ti y para ti.
Este cambio no será opcional. Las organizaciones que lo adopten temprano tendrán una ventaja competitiva real: mayor velocidad, menor fricción y una capacidad brutal de escalar servicios complejos sin multiplicar costes humanos.
La pregunta no es si A2A se impondrá. La pregunta es:
¿tu empresa estará preparada para colaborar cuando los agentes empiecen a tocar la puerta?