Cynefin framework y su relación con las metodologías ágiles
Cynefin framework es un modelo que nos permite identificar y entender el contexto en que nos encontramos. El término cynefin es de origen galés y significa “hábitat”, “lugar”, y viene a decirnos que para tomar una decisión es necesario entender el contexto en el que nos encontramos. La globalización, la tecnología y el cambio climático son algunos de los fenómenos que han desestabilizado cualquier forma de estandarizar el liderazgo y la toma de decisiones. Hoy nos encontramos con escenarios que son irracionales e impredecibles.
Este marco de trabajo (cynefin framework) define cinco espacios de trabajo muy diferentes según la naturaleza de la relación causa-efecto, que son, “simple”, “complicado”, “complejo”, “caótico” y “desorden”. Este último (desorden) es cuando no sabemos en qué contexto nos encontramos.
En un escenario “simple” la relación causa-efecto es obvia y muy fácil de entender. Lo único que debemos hacer es observar el entorno, detectar, clasificar y responder. Seguimos pasos puntuales para lograr el objetivo por lo que delegar es sencillo si damos instrucciones claras de lo que hay que hacer. En un escenario “simple” seguimos unos procedimientos donde prácticamente no hace falta ni pensar. Creo que esto sólo lo vemos en algún que otro ayuntamiento cuando vamos a realizar algún trámite y nos topamos con un “usuario robot” (por darle un toque simpático). Pero si lo pensamos, ninguno de los que estamos leyendo este post nos encontramos en este escenario. Podríamos definirlo como el escenario de los “best practices” o mejores prácticas en español.
El siguiente contexto de Cynefin framework es el que denominamos “complicado”, y aunque es en cierta forma predecible, requiere de conocimiento experto. Ya no hablamos de las “best practices” (mejores prácticas) sino de las “good practices” (buenas prácticas). Existe una relación causa-efecto clara, pero las respuestas son múltiples y requieren del esfuerzo de observación, análisis y respuesta, que en muchos casos requiere del juicio del experto. En este escenario hablamos de procesos, no procedimientos, por lo que implantar en la empresa BPMN 2.0 para la notación de procesos puede ser una gran herramienta. BPMN 2.0 es un estándar que nos ayuda a visualizar procesos complejos utilizando un lenguaje de modelado que describe los flujos de trabajo y sus interacciones. Este fue el contexto para muchos de nosotros durante un par de décadas.
En el contexto “complejo” la relación causa-efecto ya no se ve a simple vista. Es un escenario de riesgo, incertidumbre, aprendizaje constante, donde tenemos que experimentar, detectar y responder. Pasamos a hablar de las “próximas prácticas” y se basan en los ensayos y en la innovación. La mayoría de las decisiones son complejas, no podemos dar una respuesta sino que debemos construir la solución. En este contexto no sirven los estilos de gestión tradicionales donde todos son planes y se exigen resultados concretos. No hablamos de construir utilizando el desarrollo en cascada sino más bien en ciclos iterativos, se practica la modelación con Business Model Canvas y el desarrollo de proyectos con Scrum.
Y el espacio “caótico”. Un espacio donde todo es volátil, impredecible, urgente. Ya no podemos observar para actuar, debemos actuar primero y observar después. No hay reglas, actuamos, medimos y respondemos. La empresa que se enfrenta a este escenario necesita equipos ágiles, motivados y emplear marcos de trabajo basados en la filosofía lean, Scrum y OKR. Ya no fijamos objetivos trimestrales, que nos da cierta orientación, sino que tomamos decisiones según un dashboard de indicadores en tiempo real. Estos últimos 2 años son más propios de un entorno caótico que de un entorno complejo. No es que tengamos que empujar a los empleados a salir de la zona de confort, sino que estamos de forma permanente fuera de ella.
El agilismo empresarial es la disciplina que estudia cómo liderar y actuar en este espacio de caos y volatilidad extrema.